El arbitro mas justo del mundo.

La Historia del "Justo".

Un gran hombre, un metro ochenta y siempre firme como un roble. Tez morena y en su enorme sonrisa fácil era identificar las piezas dentales que se habían marchado. Entre las muchas características que le acompañaban, estaban los valores grandes del ser humano; La humildad, el amor por su familia, la honestidad, el amor por su país, ciudad y barrio. Pero había una característica mayor, algo por lo que era reconocido en todos los barrios de Rancagua; La Justicia. El apodo de "El Justo", se lo ganó con garantías. Desde los 17 años que ejercía el deporte de sus amores, el Box, en los antros de Centenario, Rubio y Millán practicó “las mangas” hasta que su rostro no dio para mas. Eran fines de los 70s cuando comenzó a ejercer como Juez de box, sin duda era su pasión. Deberían haberlo visto como sus ojos se llenaron de lágrimas cuando lo acompañé a recibir a Martín Vargas en una de sus visitas a Rancagua, durante todo el camino el me habló de que veríamos al Campeón del mundo, solo años mas tarde comprendería que esa calificación sería extrema.

Solo era un niño y el me hablaba de los principios trascendentales del ser “Juez” en el box. El mejor debe ganar, siempre me explicaba. No tan solo hay que mirar el golpe, también debe analizarse la cara del oponente y la reacción del publico. Siempre fue destacado por su enorme justicia y por eso yo lo admiraba tanto.

Era Mayo o Abril, no puedo saberlo ahora, pero por la temperatura lo intuyo. Después de almuerzo nos arreglamos, siempre el quiso me vistiera como un caballero enano, en realidad no parecían los 80s, yo, mas bien, parecía un niño encapsulado en los 40s. Bien peinado y de la mano del “Justo”, nos dirigimos al estadio a ver a Ohiggins de Rancagua.

Vemos el partido con tranquilidad, podía percibir como ese gran sentimiento por el equipo salía de su piel e inundaba toda la galería Andes. Es que para èl era imposible no amar a Ohiggins hasta el ultimo de sus Días, Rancagüino de nacimiento, fue en su infancia, en la calle Aurora, donde aprendió que Rancagua tenia algo especial y que era ahí donde esta toda su pasión.

A mi edad, recién percibo que el ver el partido junto al “Justo” era un honor, recuerdo que muchos hombres “de años” lo saludaban y le pedían consejos y guía sobre lo que estaba sucediendo en la cancha. El viejo con su eterna sabiduría trataba de dar guiar todo lo que pasaba.

Sin pensarlo en ese momento compartía con alguien mas que con un simple hombre cincuentón y bohemio, no era solo mi abuelo, era algo más.

El arbitro cobra penal, en el área celeste. En ese momento una reacción sencilla y que no pude entender con claridad, con los años he procesado un hermoso gesto. El “Justo” se pone de pie y reacciona impulsivamente contra el árbitro. ¡No es penal! Gritaba reiteradamente. La tristeza inundó su dañada cara, dañada con los años y dañada con “las mangas”.

Cabizbajos salimos del Teniente, ese gol de penal cobrado en último momento a la Celeste nos hizo perder el partido. Caminando volvimos a casa, caminando por el otoñal Rancagua. Debíamos ganar ese partido, decía él. Quizá con ese comentario el pensó que expiaría lo que yo podía estar pensando, no pensaba mucho en realidad o no lo recuerdo, pero entendería su temor de que yo , un niño, pensara que el había cometido un error de análisis.

Ese penal fue correctamente cobrado, el lo sabía perfectamente. Sin embargo actuaba con el corazón. Es que ese partido merecíamos ganarlo, ese penal fue una injusticia, cosas del destino, causas y efectos… que se yo! Injusticia al fin y al cabo. Por que no importa solo el golpe, importa la cara del oponente e importa la reacción de las personas y siempre importa lo que te dice el corazón.

Antes de que naciéramos, están estos jueces y árbitros en el Mundialista, ellos son los más justos del mundo. No ven como se debe, no corren tras las jugadas, pero juzgan con el corazón, con lo que les ha movido todos estos años, juzgan con su amor a la Celeste y se llenan de ira por lo que merecemos, por que eso que merecemos nunca llega.

Muchas gracias Ohiggins, por darnos estos viejos Maravillosos, Por darnos años de historia y un pasado lleno de gloria gracias a ellos. Espero que nuestro legado no disminuya nunca lo que ellos ya formaron

LAS EMOCIONES CUBREN EL MOMENTO,
SE SIENTEN EN EL NIDO DE LAS AVES,
AQUELLOS GRITOS QUE SE LLEVA EL VIENTO,
CADA PALABRA AL CIELO,
CADA PARCHE QUE SE ROMPE EN EL BOMBO,
CADA MANO AL AIRE,
DEL ACALORADO SENTIMIENTO.

VI EN LOS ROSTROS AQUELLOS REFLEJOS,
NUDOS EN LA GARGANTA VEIA,
AQUELLOS HILILLOS DE LÁGRIMAS EN LOS DESCENSOS,
LOS MALOS MOMENTOS...
AQUELLAS TRISTEZAS,
DONDE COSTABA PARARSE DESDE EL SUELO,
RECLAMABA FELICIDAD ESTE TEMPLO,
DEL CUAL SUS MADEROS
HICIERON UNA RELIGION MIS ANCESTROS,
LOS QUE SALTARON Y DE ALEGRIA MURIERON,
DE LOS QUE SUS RETOÑOS NO ABANDONAN EN EL TIEMPO,
SI ES QUE PRONTO MUERO,
VIEJO QUERIDO,
GUARDA ESPACIO EN UNA NUBE,

PARA SEGUIR MIRANDO A LA CELESTE
DESDE EL CIELO... by Ronni