Imagenes en Celeste

domingo, 28 de octubre de 2007

Hoy Te Quiero Más Que Ayer...

Si aguantamos 4 años en segunda, lo de hoy es solo un tropiezo...

Era el partido más importante del semestre y todos tenían que estar....

Y así ya en las calles de Rancagua me encontraba con gente de esas que nos da orgullo compartir la hinchada, me tope con Don Sergio y su Señora ellos los siempre presentes, fijos en la andes y en casi cada viaje, más allá con jóvenes, grupos de quinceañeros que hacen sus primeras armas en esto de estar en todas, por ahí un amigo de toda la vida en lo que a barras se refiere mi amigo Claudio, mi referente barristico y gran amigo, el tomate por ahí otro de los que siempre están...

En el camino a nuestro andar veíamos buses y buses, micros, autos, hasta un hincha en bicicleta para la anécdota...

Como se mueve la gente por O´Higgins y como impresiona que al llegar al estadio ya estén sus 300 personas ubicadas y solamente son la gente que viaja particular y los que de algún modo llegan, por que los más de 20 buses vienen por la carretera aun...

Las familias llegaban al estadio, niños de las manos de sus padres o abuelos, señoras y niñas, jóvenes y lindas niñas, todos llegaban, todos venían a la fiesta, lo que provoca nuestro club casi nadie lo provoca...

Y veo tantas caras, esas caras de siempre, esa que veía siempre en segunda, en calera, quillota, en Maipú, la pintana, o viajes más largos, y caras nuevas, chicos que se empiezan a empapar de lo que es O´Higgins.

La hinchada es una sola, el amor por O´Higgins une y es lo primordial, veo a gente de los Celestes cantando junto a gente de la Trinchera, escucho cantos para O´Higgins y también sus cantos a los del frente...

En su momento recuerdo que soy parte de todo esto y bajo junto a la barra, cantamos, reímos, sufrimos, nos abrazamos y nos damos fuerza, una estocada, lagrimas, rabia, desazón, Dale dale O´Higgins, retumba fuerte como un ruego como que dejen todo en la cancha, como pidiendo a cada santo, muchos miramos al cielo, pidiendo a aquel lugar que solo nosotros sabemos, a muchos la garganta ya no nos da más, pero seguimos cantando, otra estocada, nos dan como muertos, en la cancha quizás si...

Empieza a sonar el Jamás Te Dejaremos, que canto, como no cantarlo si es la verdad, nunca te dejaremos, podemos caer, nos pueden ilusionar y hacernos caer, pero ahí estamos, con nuestro sufrido equipo, ahí estamos los de siempre cantando una vez más, y los que se empiezan a empapar empiezan a armar ese acorazado corazón, ese corazón que aguanta mil y una caídas y de las peores, y sigue latiendo al ritmo del OHI OHI.

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