De vuelta por Chillan...
Y era nuestra ultima opción, la era Cossio había dejado muchos caídos, no más bien muchos heridos que nos levantamos para seguir luchando.
Llegábamos a Chillan por el orgullo por decir que nos ganamos en cancha el derecho de jugar la liguilla, muchos hinchas perdían la fe en el equipo, pero igual más de un centenar nos hicimos presentes, así un par de buses de la sede, más nuestra micro de la Trinchera, partieron a Chillan, nosotros nos fuimos al salto del laja en una jornada que siempre recordaremos los 20 y tantos que anduvimos por esos lados.
Pero lo importante era la cancha, lo que ahí se viviría porque necesitábamos ganar para alcanzar el cuarto puesto y no pasar a liguilla por secretaria, y el orgullo es algo muy fuerte, al menos en mi caso, no quería que dijeran que el ascenso que sabia que llegaría, fuera manchado por reglamentaciones nefastas.
En la cancha nuestros jugadores estuvieron mal, diría que pésimo, pero no paramos de alentar, porque pensábamos y anhelábamos en lo más profundo que con nuestro canto y aliento la pelota fuera empujada hacia el arco chillanejo.
Y se acercaba el final y vino lo peor, gol de Núblense a solo minutos del final, nos hirió el orgullo y mucho, pero la respuesta de todos los que estábamos ahí fue alentar con más fuerza, con pena, con rabia, pero alentar y cada canto se sumaba al canto del compañero(a) de al lado, y así retumbaban los cantos Celestes en un Nelson Oyarzún que no entendía nada, y como iban a entender si no saben lo que es ser de O´Higgins que detrás de cada viaje, esta toda una ciudad apoyando, que siempre estamos presentes y nunca paramos de alentar, porque nuestro equipo es más que un partido, más que un campeonato, es la Tia Mónica con sus siempre palabras amables en la sede, es el eterno Toñito en su triciclo poniendo los carteles de los partidos por Rancagua, es un viejo contando a los jóvenes las peripecias de Desiderio, somos los jóvenes contando a los niños lo grande que fue Roque, el Tunga, Mauro y tantos otros, y que por nada del mundo debemos olvidar nuestra historia. Son nuestros viejos y nuestras familias, es una identidad única, que no necesita mostrar copas, solo estamos porque amamos a nuestro club.
Volvemos a Chillan en una posición muy distinta a la de dos años atrás, era nuestro penúltimo partido como CLUB DEPORTIVO O´HIGGINS DE RANCAGUA, pero ahí estaremos como siempre, no porque vayamos segundos, sino porque nacimos para esto, porque te llevamos en la sangre, porque nuestros corazones laten al ritmo del OHi OHi, porque nunca nos dijeron que fuéramos hinchas del mejor equipo, con los mejores jugadores, solo nos presentaron al O´HIggins de Rancagua y no enamoramos de él.
Para todo el pueblo que vibra con el color del Cielo, para la galera de arriba que nunca deja de apoyar.
Llegábamos a Chillan por el orgullo por decir que nos ganamos en cancha el derecho de jugar la liguilla, muchos hinchas perdían la fe en el equipo, pero igual más de un centenar nos hicimos presentes, así un par de buses de la sede, más nuestra micro de la Trinchera, partieron a Chillan, nosotros nos fuimos al salto del laja en una jornada que siempre recordaremos los 20 y tantos que anduvimos por esos lados.
Pero lo importante era la cancha, lo que ahí se viviría porque necesitábamos ganar para alcanzar el cuarto puesto y no pasar a liguilla por secretaria, y el orgullo es algo muy fuerte, al menos en mi caso, no quería que dijeran que el ascenso que sabia que llegaría, fuera manchado por reglamentaciones nefastas.
En la cancha nuestros jugadores estuvieron mal, diría que pésimo, pero no paramos de alentar, porque pensábamos y anhelábamos en lo más profundo que con nuestro canto y aliento la pelota fuera empujada hacia el arco chillanejo.
Y se acercaba el final y vino lo peor, gol de Núblense a solo minutos del final, nos hirió el orgullo y mucho, pero la respuesta de todos los que estábamos ahí fue alentar con más fuerza, con pena, con rabia, pero alentar y cada canto se sumaba al canto del compañero(a) de al lado, y así retumbaban los cantos Celestes en un Nelson Oyarzún que no entendía nada, y como iban a entender si no saben lo que es ser de O´Higgins que detrás de cada viaje, esta toda una ciudad apoyando, que siempre estamos presentes y nunca paramos de alentar, porque nuestro equipo es más que un partido, más que un campeonato, es la Tia Mónica con sus siempre palabras amables en la sede, es el eterno Toñito en su triciclo poniendo los carteles de los partidos por Rancagua, es un viejo contando a los jóvenes las peripecias de Desiderio, somos los jóvenes contando a los niños lo grande que fue Roque, el Tunga, Mauro y tantos otros, y que por nada del mundo debemos olvidar nuestra historia. Son nuestros viejos y nuestras familias, es una identidad única, que no necesita mostrar copas, solo estamos porque amamos a nuestro club.
Volvemos a Chillan en una posición muy distinta a la de dos años atrás, era nuestro penúltimo partido como CLUB DEPORTIVO O´HIGGINS DE RANCAGUA, pero ahí estaremos como siempre, no porque vayamos segundos, sino porque nacimos para esto, porque te llevamos en la sangre, porque nuestros corazones laten al ritmo del OHi OHi, porque nunca nos dijeron que fuéramos hinchas del mejor equipo, con los mejores jugadores, solo nos presentaron al O´HIggins de Rancagua y no enamoramos de él.
Para todo el pueblo que vibra con el color del Cielo, para la galera de arriba que nunca deja de apoyar.
Año 2005 OHiggins a la cancha en el Nelson Oyarzun, papelitos al viejo, su hinchada recibiendolo-
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