Carta de Navidad al Campeón

En esta Navidad se hace difícil escribir sabiendo que lo que toda la vida con tanto anhelo pedimos por fin llego a nuestra tierra heroica, pero quiero recordar el camino recorrido para que hoy en nuestro árbol una linda y reluciente estrella Celeste adorne su cumbre.

En toda gran obra hay un gran director, pero lo que coronamos ese 10 de diciembre no es solo una gran obra es quizás lo que alguna vez creímos que solo sería un milagro, un sueño, una ilusión y hoy lo escribo con tanto gusto O’HIGGINS CAMPEÓN, aquí no solo tuvimos un director, un constructor de sueños, basado en el trabajo, en la honestidad, en la lealtad, en el creer y hacer creer que era posible la conquista del sueño, del que estaremos agradecidos de por vida, del que se merece una calle, un monumento, no solo por traer la copa sino por como la trajo, Eduardo Berizzo.

El nos guió y detrás de él estuvo mucha gente, desde la familia Abumohor, quienes han levantado este club con un trabajo basado en la seriedad y respeto por los valores de la lealtad al fútbol sobre muchas cosas, cosa que nos tiene como uno de los pocos clubes de oposición, lo cual al menos para mí es un gran orgullo, desde ellos, por supuesto nuestros grandes jugadores que hicieron mucho más de lo que quizás ellos creían podían hacer,  hasta el último hincha hay merito en la conquista de este sueño.

En el camino recorrido sufrimos una gran pena, una gran tragedia, la pérdida de 16 compañeros de tablón, en un accidente siguiendo a la Celeste, aquella noche de febrero perdimos 16 compañeros y ganamos 16 ángeles, esta copa se que no los traerá de vuelta, pero si estoy seguro que ellos mucho tienen que ver en este logro y la felicidad por la primera copa en Rancagua y en la cara de sus padres y amigos se que es porque el gancho Rulo, el Nico, el Salsa, la Lita, Cansepito, el Chanito, Diego, Sebita, Andres, Felipe, Gonzalo, Matias, el Yoyo y Tomas intercedieron arriba, alentaron con todo y nos bajaron la estrella un poco a Rancagua.

Yo siempre me acuerdo de las malas y por eso disfruto tanto las buenas, para mis sobrinos es raro, para mis amigos es hasta motivo de burla las lagrimas al celebrar un gol, pero cuando me acuerdo del 5 a 0 en contra en el Morro, de las presentaciones con juveniles, de que nos querían hacer desaparecer o mandar a tercera, de viajes solos con mi viejo, o yo solo algunas veces u otros hinchas que hicieron el esfuerzo para que la Celeste humilde, sufrida, de la B nunca estuviese sola, y hoy somos tan grandes y hoy somos tantos, es tanta la alegría.

Gracias por tanto, gracias Viejito Pascuero por al fin cumplirnos el deseo, pero hoy te pido que no nos quites la humildad como hinchas, que en la grandeza deportiva, sigamos siendo nobles de espíritu y corazón ese es el O’Higgins que conocí y me enamore y se que con eso llegamos a lo alto.

Es la Navidad más linda de mi vida y seguro la de ustedes también. Gracias Constructor y conquistador de Sueños, gracias por ser Eduardo Berizzo, me faltara vida para agradecerle, no solo la copa, sino por demostrar que de la forma difícil si se puede.

Gracias a mi viejo por enseñarme a O’Higgins y enseñarme a amarlo, a mi vieja por aguantarme tanto en torno a la Celeste,  a mi amor Viviana por ser mi compañera de vida y compartir la loca forma de ser Celestes, a mis sobrinos por acompañarme y empaparse de este color, a mis amigos Trinchera, a mis compañeros de LaCeleste.cl, a los no barra, a OFB, Canallas, gente de Santiago, los que algún día formamos la Comisión, a todos con quienes comparto esta pasión, gracias por estar ahí, por aquel abrazo de las malas, y por ese abrazo sincero del 10 de diciembre.

LA CELESTE LOS LAURELES A CONQUISTAR, ADELANTE QUE APLAUDIENDO TE ESTARÁN.