Imagenes en Celeste

sábado, 29 de diciembre de 2007

Más que un partido… una ilusión

Por: Alexis Apablaza Campos
Periodista de Deportes
Diario El Rancagüino


Tengo que reconocerlo: soy chuncho. No hay partido oficial de la Universidad de Chile que no haya visto o en su efecto escuchado desde que tengo uso de razón. Eso no podrá cambiar, pero tampoco lo hará mi eterno cariño por la celeste. ¿Qué equipo me gusta más? Me lo preguntan siempre. Y la verdad es que hoy no tengo respuesta. Debo reconocer que grité con el alma el tanto de Ramírez en el Nacional que significó el 2-2 ante los azules y salí enojado después de ver el partido, porque O’Higgins lo debió ganar.

¿Por qué tanto cariño al Capo de Provincia? Porque mi vieja es celeste. De esas que viajaron por todo el país cuando recién se formó y la que me inculcó eso de ir al estadio o bien estar escuchando La Caravana Celeste del Deporte para estar atento a cada partido de O’Higgins. El último partido que ella fue conmigo fue contra Lota el 2002, qué lindo fue para ambos caminar juntos desde Baquedano ida y vuelta al estadio, ver al “Tunga” González en su último partido con un 4-1 certero, en tiempos que el mundo miraba el Mundial de Corea – Japón. Inolvidable.

Cuando entré al diario en octubre del 2004, conseguí estar en la cancha en un partido que paralizó todo Rancagua. O’Higgins – Osorno. Era el momento en que el equipo de Nichiporuk en ese entonces pasaba a la Liguilla de Ascenso con un tanto de cabeza de un joven Rodrigo Ramírez que era conocido por su peinado raro. Desde ahí hasta hoy, no he dejado de trabajar para un partido del club celeste. Sé que hay que llegar antes, que pedir el peto, que anotar las formaciones y los árbitros, para luego ingresar a la cancha, comentando en el entretiempo si es posible con los “colegas” el desarrollo del encuentro.

INOLVIDABLE
La campaña que seguirá estando en mi memoria es la del Clausura 2006. Especialmente la etapa de play offs, porque siempre me pasaban cosas extras. El día del partido de vuelta con Coquimbo en la mañana muere una tía, estuve destrozado. Llamé a mi jefe y dije que no iría, pidiendo las disculpas del caso. Estaba en el funeral y faltaba una hora para el encuentro, apareciendo al frente un tío de los que cualquier familia rancagüina debe tener: minero de El Teniente de años y socio de O’Higgins de toda la vida. “Vamos, vamos. Nos estamos jugando la vida y tú no vas a estar. Párate que yo te llevo, hombre”, me convenció y salí. Aún recuerdo que cuando Giancarlo anota el 2-1, una lágrima salió de mi rostro recordando a mi tía, además que tuve que escribir el artículo para el diario junto con hacer la portada: ¡O’Higgins a semifinales!

El día del duelo con Audax en La Florida era el cumpleaños de mi hermano. Luego de ver el partido y hacer el artículo para el diario, llegaría a festejar con él y la familia. Aunque creo que esa vez no fui el alma de la fiesta porque llegué a casa sin ganas de comer ni nada. Sólo recuerdo que fui la primera persona en abandonar el restorant Le Gourmet de O’Carrol, mientras mi jefe casi corría detrás de mí para alcanzarme. No quería hablar después de eso.

La vuelta tenía ese toque especial. Nadie de los que estaba dudaba de que O’Higgins pudiera marcar esos cuatro goles, pero Audax también podía hacérnoslos y ahí estaba el temor de quienes estuvimos en el Fortín esa tarde. Mi ubicación era la de siempre, dándole la espalda a la Galería Angostura y cerca del primer palo de ese arco. Al lado, mis tres maestros en cuanto a la radio: Eduardo Palacios, Gabriel Aros Manzor y Arturo Vásquez.

Sin duda que quienes estuvimos ahí nunca olvidaremos tal partidazo de marca mayor. Fue la tarde en que O’Higgins demostró que era más fuerte que cualquiera, que era imparable como local y que definitivamente tenía pasta de campeón. Pero una mano algo más que negra (y no digan que fue sin mala intención) nos dejó ahí, con frustración, sabiendo que la eliminación no fue culpa del equipo, del rival, del técnico o de los dirigentes. Todos ellos habían hecho lo correcto para estar al menos en Copa Libertadores.

Hay una imagen al final de ese encuentro que no voy a olvidar. Rubén Selman pasa a tres metros de mí, escoltado por la policía. Aún no sé como no fui capaz de pegarle o escupirle. Lo miraba con una impotencia tremenda. Seguí con la vista todos sus pasos, porque mientras se retiraba veía el cupo a Copa Libertadores 2008 y también veía que con su “robo a mano armada” se llevaba todas las ilusiones de una ciudad que estaba atenta al equipo. No sé si lloré esa tarde, pero sí que fue injusto. Primera vez en mi vida que veía a un ladrón descaradamente salir de un lugar con la protección de carabineros.
Estudio en Santiago y viajo todos los días. Allá todos me dicen “rancagüino” y para ellos sólo soy fanático de O’Higgins. Cada vez que me nombran a Selman les digo que enemigo de la ciudad. Que O’Higgins – Audax Italiano no fue un simple partido, fue una primera estrella, fue una Copa Libertadores y fue una ilusión de miles y miles de celestes… Y con la ilusión no se juega nunca.

Marcelo Medina en la marca de Franco Di Santo, de fondo parte del publico que llego ilusionado con un paso a la final e ida a libertadores.








PD: disculpa por la demora en subir el texto....

1 comentario:

Anónimo dijo...

viejo.........
yo siento y senti lo mismo que tú,una impotencia de q a un ladron lo escolte policias
ese partido lloré............
por dos cosas primero por el robo, y segundo por ver a unos de los mejores ohiggins respetando su localia y no tan solo eso sino de ver una estrella en nuestro escudo......no la tenemos pero es como si la tubieramos

ese partido me qede hasta el ultimo para putear a ese ladron.......
habian pocos policias, me acerque y le dije " ladron........ mataste una ilusion!!!!!!!!!!"

me miro diciendo " ya termino "
y de pronto rozo una piedra en mi cabeza y luego otra.....ivan para selman.......... ahi recien desperte de ese sueño q no qeria q jamas terminara, cuando ese ladron subio rapidamente a ese auto ( igual q cuando cosio se fue.....toda la gente gritandole puteadas en su cara......)


asi se despide un celeste de la cuna y sera hasta el cajon...
por eso a ohiggins le juro amor eterno............y no tengo verguenza en decir

te amo ohiggins!!!!!!!!!!!!!