Imagenes en Celeste

jueves, 16 de octubre de 2008

Cuando ríen los que siempre lloran...


Me declaro de entrada más Celeste que Chileno, no por una muestra exacerbada de pasión y fidelidad nada de eso, sino que quizás porque cuando más hincha de O´Higgins me hice, la roja solo se conformaba con disputar amistosos y copas América, por una resolución “dudosa” de Havelange y cia que nos alejaba de los mundiales por 8 años....

Pero en fin es la selección y la quiero y quiero siempre que le vaya bien, no me desgarrare la voz alentándola como lo hago cada fin de semana con O´Higgins, pero al menos seguiré el partido por TV, y aunque no lo quiera terminare enojado o contento frente al televisor.

Ayer como con cada partido frente a Argentina, de los cuales un par los he vivido en la galería del nacional, antes de jugar ya sentía el miedo de siempre, el respeto por el rival y que la historia una vez más nos pasaría por encima, veía jugar excelente a Chile, y no venia el gol, y aquella maldita frase de nuestro fútbol se me venia a la menta... “Jugamos como nunca....”.

Y vendría el cruce de nuestro Bo, y digo nuestro porque en O´Higgins es donde más ha rendido y donde más se ha identificado, el pase a Medel, el toque con otro que tiene una parte de su corazón en Rancagua como Carmona, la devolución a Gary, centro atrás y el golazo de Orellana, a gritarlo con todo, un gol que casi nunca nos toca celebrar...

Y de ahí a disfrutar, a aguantar, a rezar, a suplicar, a pedir que el reloj corriera, que la defensa despejara, maldecir por no finiquitar el segundo, disfrutar con la pachorra y juego de nuestro Bo, parecía que el partido no terminaría nunca, pero vino el pitazo final, y dejamos atrás más de un siglo de ver a los vecinos festejar, de ver como siempre ellos se llevaban a la linda, y nosotros quedábamos pateando la perra, fin a lo que pensamos que nunca llegaría, por fin reímos los que siempre habíamos llorado.

Pero luego del partido, y como muchas veces me critica cierta persona, no pude dejar de relacionar lo sucedido con mi O´Higgins, de acordarme que una vez con rabia dije “no me basta con ser Chileno, además soy de O´Higgins” y de que siempre nos ha faltado “la chaucha pal peso” y si Chile pudo romper el maleficio Argentino, porque no nuestra Celeste no podría romper más de 50 años sin sonreír de verdad para traer esa esquiva estrella a Rancagua.

Soñar no cuesta nada, y soñar es el primer paso que podemos dar, si Chile pudo, y mientras las matemáticas ni un pitazo final digan lo contrarío en Rancagua seguiremos creyendo que es nuestro turno de reír.

No hay comentarios: